La ventana

No es un objeto ni un rectángulo vacío ni un espejo improvisado. No es un caparazón ni un televisor ni un chubasco derramado. Un segundo tarde siempre y sin saber lo que ha pasado, porque no es un atardecer concreto ni la lluvia ni el atasco. No las sábanas limpias ni el sexo discreto ni el paquete de tabaco. No la radio ni sus ondas ni el espacio. Tampoco será mañana el recuerdo de tus manos y nunca la sombra silenciosa de aquel árbol. No serás tú ni seré yo ni seremos ambos.

fuente: welldesignedandbuilt.com fuente foto: welldesignedandbuilt.com

Es alimento, madre y luz que sueña. Es el libro que escribiría un libro, a fin de cuentas. Escribir el fin para soñar el principio. Avistamientos de niños que regalan a la calle gritos a la hora de la merienda. Es ella misma y la de enfrente, imaginación intermitente, sudor en su cristal que antes rondaba tu frente y primero la guerra, luego la paz y a veces la muerte. Es tu voz, el mar y el olor a café. Es el tren que transporta los sentidos y esa sencilla música que todos hemos oído. La música de las palabras, su concepto y su sonido.

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